El Papiro de Ani es uno de los documentos
más subyugantes del antiguo Egipto y la versión más acabada del denominado Libro Egipcio de los Muertos. Su
traducción se debe a la pluma de Ernest Wallis Budge, egiptólogo, orientalista
y filólogo inglés que sentó las bases de la egiptología e inspiró a una pléyade
de estudiosos que continuaron su obra. La edición de Editorial Kier de El Libro Egipcio de los Muertos –traducida
al español por Héctor Morel- es de carácter imprescindible para todo aquél que
se dispone a estudiar el mundo misterioso de la religión egipcia y una fuente
de consulta obligatoria si se pretende comprender en profundidad el sentido que
los egipcios le otorgaban a la vida de ultratumba.
Para comprender
la importancia de esta obra es necesario subrayar que, si bien suele darse el
título de Libro de los Muertos a las
ediciones confeccionadas durante la dinastía XVIII y siguientes, Wallis Budge
remonta la costumbre de los sepelios rituales de los difuntos al año 4500 A.C. Esta
práctica se prolongó hasta los primeros siglos de la era cristiana y alcanzó su
apogeo en la época en que este manuscrito fue escrito para Ani, un importante personaje que es descripto como el “Escriba real de Tebas, supervisor de los
señores de los graneros de Abydos, y Escriba de las Ofrendas de los señores
tebanos”. Wallis Budge encontró este manuscrito en una tumba cercana a la
ciudad de Luxor y se le atribuye una antigüedad que lo remonta al año 1500 A.C.
Para los egipcios,
tal vez como para ningún otro pueblo, la muerte y la vida no eran más que dos
caras de la misma moneda. Ellos creían que había una sola Vida que se deslizaba
sobre sus dos pies, la vida y la muerte, en un ciclo que se repetía hasta que
el alma del difunto se fundiera con el Espíritu Solar. Resulta inconcebible
para nuestra mentalidad moderna, que los egipcios ahorrasen durante toda su
vida para pagar
una buena momificación, a la que consideraban como un paso al más allá que aseguraba su supervivencia en el Amenty, la morada de los bienaventurados en el
reino de Osiris. De allí que El Libro Egipcio de los Muertos fuese de la mayor
importancia y que éste se haya perfeccionado a través de los milenios hasta
alcanzar la complejidad y belleza que encontramos en el Papiro
de Ani.
La obra de
Wallis Budge se destaca por varios aspectos. El primero de ellos porque recorre
la evolución del Libro Egipcio de los Muertos desde la protohistoria egipcia
hasta su apogeo. Luego, porque el Papiro
de Ani proviene del centro espiritual más misterioso del antiguo Egipto
ubicado en el eje sagrado Tebas-Luxor, y por último porque el libro no se
limita a la descripción del papiro hallado por el propio autor sino que
conforma un ensayo completo en el que se aborda la temática en toda su
extensión.
La introducción
es un verdadero manual de egiptología que enseña acerca de la leyenda de
Osiris, de la naturaleza de la vida de ultratumba, del concepto egipcio de
Dios, de las moradas de los bienaventurados, de las técnicas de momificación
que, según la tradición, se remontaban al propio Anubis, y todo esto acompañado
de una descripción acabada de la geografía sagrada y la mitología egipcia.
Pero Wallis Budge
también nos ofrece una visión general del idioma jeroglífico que, partiendo de los
trabajos iniciados por Champollión y ampliados por Gastón Máspero, logra
reconstruir la fonética de la versión del Papiro
de Ani. Quizás el valor más sorprendente de esta edición es la transcripción
del documento completo y su traducción total al español, en un contexto general
tan amplio.
Ernest Wallis
Budge escribió más de ciento cincuenta libros de los cuales El Libro Egipcio de los Muertos es
considerado su obra cumbre. El Papiro de
Ani fue reinterpretado por muchos de sus discípulos, sin embargo su obra ha
quedado inmortalizada y su legado continúa hasta el presente gracias a las
becas de investigación que concede la “Lady Wallis Budge Fund” para los
estudiantes de egiptología de las universidades de Oxford y Cambridge.
En síntesis, uno
de los pilares de la egiptología y la llave a la comprensión de la momificación
y el posterior “Juicio de Osiris”, el ritual funerario más misterioso y complejo
de la historia de la humanidad.
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