Introducción al Budismo Zen
Prólogo de Carl G. Jung
Hacia el siglo V a.C., en el norte de la India, surgió un fuerte movimiento religioso que se expandió vigorosamente a partir de las enseñanzas de Shidarta Gautama, denominado el Buda. Apenas dos siglos después, con la llegada al poder del emperador Asoka, el budismo se convirtió en la religión predominante en todo el subcontinente indio. Su crecimiento no se detuvo hasta el siglo VII d.C., época en la que perdió fuerza en la India. Pero para ese entonces, los monjes budistas habían llevado el mensaje de Gautama a toda el Asia, convirtiendo al budismo en una de las grandes religiones del mundo.
Prólogo de Carl G. Jung
Hacia el siglo V a.C., en el norte de la India, surgió un fuerte movimiento religioso que se expandió vigorosamente a partir de las enseñanzas de Shidarta Gautama, denominado el Buda. Apenas dos siglos después, con la llegada al poder del emperador Asoka, el budismo se convirtió en la religión predominante en todo el subcontinente indio. Su crecimiento no se detuvo hasta el siglo VII d.C., época en la que perdió fuerza en la India. Pero para ese entonces, los monjes budistas habían llevado el mensaje de Gautama a toda el Asia, convirtiendo al budismo en una de las grandes religiones del mundo.
Como toda religión,
sufrió reformas a lo largo de la historia, siendo reinterpretado y enriquecido
en distintas etapas. Una de estas corrientes, el denominado Budismo Zen, encontró su forma
definitiva en China y su máxima expresión en el Japón, país desde el cual
viajaban los monjes budistas al continente asiático para introducirse en las
técnicas de meditación. Estos monjes japoneses adaptaron un tipo de meditación
propia del budismo chino, denominada zouchan (坐禪 en chino) nacida al abrigo de las escuelas chan, palabra
de la que deriva el japonés Zen. A esta meditación se la conoce como Zazen y fue adoptada en Japón por la
escuela Soto japonesa. Si bien el Zen requiere un
abordaje complejo, esta técnica de meditación desarrollada en Japón es una de
las prácticas Zen más difundidas en Occidente, siendo Taisén Deshimaru uno de sus
más renombrados maestros.
Pero su éxito en Occidente no hubiese sido tal sin la
existencia del gran divulgador, el autor que haciendo honor a su nombre
budista, "Daisetsu", que significa "Gran Simplicidad"
logró explicar al Zen en un libro inigualable cuyo título sencillo anuncia la
potencia de su contenido. Nos referimos, desde luego a Introducción al Budismo Zen, la obra maestra de Daisetsu Teitaro
Suzuki (鈴木大拙 en japonés).
Nacido en
Kanazawa en 1870, dedicó toda su vida a las enseñanzas del budismo Zen hasta su
muerte en 1966. Vivió lo suficiente para ver su obra traducida a todas las
lenguas occidentales y en 1934 tuvo la brillante idea de convertir a sus
eruditas conferencias sobre Zen en una Introducción que le ha permitido, desde
entonces, a millones de personas navegar en una de las experiencias filosóficas
más profundas de la historia de la humanidad, pues de eso se trata este manual
que, a decir del autor, pretende despertar el interés del lector para llevarlo
a aguas más profundas en las que muchos han encontrado un sentido trascendente
y único a sus vidas.
Daisetsu Teitaro Suzuki
La
pregunta surge naturalmente en la pluma de Suzuki. ¿El Zen es un sistema
filosófico, altamente intelectual y profundamente metafísico, como la mayoría
de las enseñanzas budistas? A lo que responde taxativamente que NO. Que no se
trata de la lógica ni del análisis sino de sus antípodas. El Zen, según Suzuki,
nada tiene que enseñarnos en el sentido del análisis intelectual, por el
contrario, el Zen es enteramente caótico.
Pero esta afirmación, que resulta sorprendente para la estructura mental de un
hombre de Occidente, se empequeñece cuando se escucha a Suzuki desafiar aún más
nuestra conciencia diciendo que en el Zen no hay libros sagrados, ni doctrina,
ni fórmulas simbólicas. Afirma Suzuki que ¡el Zen no enseña nada! Se impone una
nueva pregunta ¿Y entonces? Entonces, dice nuestro autor, el Zen deriva de
nuestra propia mente, es el maestro de nosotros mismos. Simplemente nos señala
el camino.
Este
dilema, que nos parece desafiante, encuentra en el libro de Suzuki las respuestas
más simples, si somos capaces de volvernos el camino mismo, si somos capaces de
abandonar los estereotipos en los que fuimos criados para encontrar la
verdadera esencia que subyace tras el velo de la existencia. Para alcanzar esta
capacidad es necesaria la adquisición de un nuevo punto de vista. Esta cuestión
es abordada por Suzuki al definir el estado de Satori que describe como una introspección intuitiva en
contraposición con el entendimiento intelectual. La practica del Zazen, combinada con la comprensión de
los denominados Koan (pequeños
diálogos o anécdotas entre maestros y discípulos que tienden a la apertura de
la mente a las verdades del Zen) nos conduce al estado de Satori, reservado a aquellos que han logrado una disciplina que los
coloca por encima de la dualidad de la mente.
Introducción
al Budismo Zen es un texto fundamental que ha educado a generaciones de
meditadores y exploradores de la conciencia. Un resumen magistral de la
sabiduría de Oriente y un manual que nos puede acompañar toda una vida.