Arthur E. Powell, autor
de El Cuerpo Astral, es uno de los escritores que más ha contribuido a la difusión
de la teosofía entre el público occidental. Sus obras, basadas en la más
ortodoxa doctrina teosófica, constituyen un resumen general de la denominada constitución oculta del hombre, en la
que descansa gran parte de toda la estructura ontológica oriental.
Su primera publicación,
El
Doble Etérico, editada en 1944, sería el primer eslabón de una sucesión
de libros que tratan de las diversas estructuras o cuerpos que conforman al ser
humano. Los teósofos han denominado con el nombre de División Septenaria del Hombre,
separándola en un cuaternario inferior integrado por El Cuerpo Físico con su Doble
Etérico, el Cuerpo Astral, el Cuerpo Pránico y la Mente
de Deseo (o también denominada Kama Manas) y en una terna superior que
recibe los nombres de Manas (mente), Budi (mente espiritual) y Atma (espíritu
superior).
Luego de publicado El
Doble Etérico, Powell arremetió con la tarea de continuar con el
estudio de esta división septenaria y así nació esta segunda obra que hoy
comentamos, dedicada exclusivamente a recopilar los principales estudios sobre El
Cuerpo Astral y otros fenómenos astrales.
La existencia de este
cuerpo sutil ha sido estudiada por todas las religiones, en todas las épocas,
asumiendo distintas denominaciones de acuerdo al lugar. Pero si de algo estamos
seguros es que las llamadas experiencias astrales están presentes en nuestras
vidas, casi cotidianamente, más allá del nombre o de la significación que le queramos
dar.
El Cuerpo Astral
–dice Blavatsky- es la sombra o contraparte etérea del hombre. En efecto, puede
considerarse que el cuerpo astral del hombre es un vehículo que, a la vista de
un clarividente, no parece muy diferente del cuerpo físico. Está rodeado de un aura
que ha sido motivo de interés permanente por parte de los investigadores y que
hoy puede verse a través de diversos métodos técnicos. (Puede consultarse en Librería
Kier por la lectura del Aura).
Se trata del vehículo
por medio del cual el hombre expresa sus sentimientos, sus pasiones, deseos y
emociones. Los teósofos creen que es un puente entre el cerebro físico y la
mente, la cual actúa en un vehículo superior llamado precisamente Cuerpo
Mental.
El Cuerpo Astral
ha despertado profundo interés porque, aunque raramente lo percibimos de manera
consciente, nuestra vida transita en una constante experiencia de “lo astral”.
Es el vehículo en el que nos movemos durante el sueño; es el hilo que nos
mantiene conectados con los aspectos superiores de esa división septenaria
(Manas, Budi y Atma) y es, en definitiva, el cuerpo que sobrevive a la muerte
del cuerpo físico, siendo vital en el tránsito que nos llevará a los planos que
existen más allá de la frontera de este mundo. Tanto el hecho de que el cuerpo
astral nos permita manejarnos con cierta libertad del cuerpo físico durante el
sueño, como el que tenga especial protagonismo en la etapa post mortem nos
permite vislumbrar la importancia que posee desde el punto de vista espiritual
y filosófico. Es el cuerpo astral el que transitará por las distintas regiones
que, a menudo, se confunden con cielos
e infiernos. Es el conocimiento del
cuerpo astral lo que nos conduce a descifrar el fenómeno de las apariciones o la sensación de conocer un lugar que nunca hemos visitado físicamente.
Por ser el vehículo de
nuestras emociones, resulta de particular importancia para entender cuestiones
esenciales de la psicología y comprender muchos fenómenos que son vinculados
con el ocultismo.
El libro de Powell
constituye uno de las mejores recopilaciones hechas sobre el conocimiento,
naturaleza y fenomenología del mundo astral y del vehículo que utilizamos a
diario para recorrerlo. El autor forma parte del reducido grupo de teósofos que
han estructurado e interpretado la Doctrina Secreta dada a conocer en su
momento por Helena P. Blavatsky. Su lectura es una puerta a la sabiduría de
Oriente y resulta imprescindible en la biblioteca de todo investigador del alma
humana.
Cabe señalar que
Editorial Kier ha publicado gran parte de sus obras, en particular aquellas que
describen la constitución oculta del hombre y el Sistema Solar.
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